Macrobio, en su obra Saturnalia, recoge muchas anécdotas sobre personajes de la antigua Roma. Algunas de ellas se refieren a Augusto, como por ejemplo esta:
Galba era un hombre deformado por una joroba. En una ocasión presentó una causa ante Augusto, y al hacerlo no cesaba de decir:
—Corrígeme, si algo me censuras.
Augusto respondió:
—Yo te puedo amonestar; corregirte no puedo.
Pero más cruel fue aún el gramático Orbilio con el pobre Galba. Orbilio comparecía como testigo contra un reo, y Galba, para confundirle, fingió que desconocía su profesión:
— ¿A qué te dedicas? —le preguntó.
—Suelo frotar jorobas al sol.
Galba era un hombre deformado por una joroba. En una ocasión presentó una causa ante Augusto, y al hacerlo no cesaba de decir:
—Corrígeme, si algo me censuras.
Augusto respondió:
—Yo te puedo amonestar; corregirte no puedo.
Pero más cruel fue aún el gramático Orbilio con el pobre Galba. Orbilio comparecía como testigo contra un reo, y Galba, para confundirle, fingió que desconocía su profesión:
— ¿A qué te dedicas? —le preguntó.
—Suelo frotar jorobas al sol.