Un hombre fue a ver a un adivino y le preguntó sobre su familia. El adivino contestó:
—Todos están bien, especialmente tu padre.
Esto desconcertó mucho al hombre, que le dijo que su padre llevaba diez años muerto. Pero el adivino sabía defender su oficio y no dio su brazo a torcer:
—No tienes ni idea de quién es tu padre.
—Todos están bien, especialmente tu padre.
Esto desconcertó mucho al hombre, que le dijo que su padre llevaba diez años muerto. Pero el adivino sabía defender su oficio y no dio su brazo a torcer:
—No tienes ni idea de quién es tu padre.