Los perfumes egipcios eran famosos en todo el Mediterráneo. Plinio habla de uno que aún conservaba toda su fragancia al cabo de ocho años. Los elaboraban fundamentalmente a base de plantas: raíces, hojas o flores de alheña, canela, trementina, lirios, rosas, y almendras amargas se empapaban en aceite y a veces se sometían a un proceso de cocción. Se extraía la esencia exprimiendo la mezcla y se añadía aceite para producir el perfume líquido, mientras que para cremas y ungüentos se agregaba cera o grasa. Muchos perfumes estaban compuestos por más de una docena de ingredientes. La mirra y las maderas se traían de África oriental y de Arabia, y eran artículos sumamente caros. Solo los más ricos podían permitírselo, eso cuando no estaban reservados para el uso exclusivo de los dioses