Los amuletos solían incluir la imagen de algún dios o animal, escenas mágicas o el nombre de un gran rey para reforzar su poder protector. Los egipcios creían que estos amuletos, llamados escarabeos, eran fuente de vida y poder para su portador, al que protegían contra al mal, pero también acompañaban a los muertos en su viaje al Más Allá. Quien lo portara en la muerte, alcanzaría la vida eterna.