Aunque generalmente eran pequeños y llevaban un agujero para permitir ensartarlos en un collar, en ocasiones los faraones los utilizaban para conmemorar algún hecho histórico, y en estos casos eran de un tamaño apreciable. Iban acompañados de detalladas inscripciones que dejaban constancia del acontecimiento, fuera un matrimonio, una coronación, una cacería o cualquier otra gran celebración. Este tipo de escarabajos eran luego distribuidos entre personajes destacados o monarcas de otros países, como un modo de informar y dejar perenne constancia. Entre los de gran tamaño, cabe mencionar el escarabajo de granito que Amenofis III erigió en un zócalo, en el lago de Karnak.