
El comercio transportó los escarabeos egipcios al Mediterráneo oriental y a Mesopotamia, por lo que se han encontrado muchos ejemplos de imitaciones griegas, fenicias y etruscas. Muchos artistas griegos se establecieron en Etruria a mediados del siglo VI a. C. huyendo de los persas, que habían invadido las colonias griegas en Oriente Próximo. Fueron ellos quienes enseñaron a los etruscos el arte de su elaboración, pero en Etruria los escarabeos se utilizaban solo como ornamento, y nunca como sello. Los de fabricación fenicia comenzaron en el siglo VIII a. C., aproximadamente durante la Dinastía XXIII. Como los fenicios eran mercaderes y poseían varias colonias, difundieron estos escarabajos por todos los principales puertos del Mediterráneo y, a consecuencia de ello, el amuleto llegó a lugares donde estos insectos ni siquiera vivían.