Jolines, jolines... Otra cosa que no nos enseñaron en la escuela, y que después hemos ido aprendiendo poco a poco, es que muchas mujeres llegada una edad, comenzamos a sumar quilos y no hay quien nos pare. ¡Hasta tres tallas distintas he llegado a tener en el armario! Claro que, mirándolo bien, aun no he sobrepasado nunca la 46... ¡Lo cual, para mi, que desayuno, como, meriendo y ceno, es todo un lujazo. Cuando llega la primavera es cuando los quilos comienzan a pesar menos, pero en llegando el otoño, "otra vez de vuelta la borrica al trigo" y es que en llegando el tiempo de los turrones y los Villancicos.., ¡mecachis en la mar!, una no sabe de dónde sacar fuerzas para detener esos jugos gástricos que te hacen babear solo de ver un mazapán...