ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Cuando saltó la noticia del adulterio, Augusto, que...

Cuando saltó la noticia del adulterio, Augusto, que había tomado a sus nietos bajo su protección, desterró a su hija a la minúscula isla de Pandataria. Allí permanecería bajo las más duras condiciones y con la única compañía de su madre, que solicita y obtiene permiso para compartir el destino de su hija. Se trataba de un islote sin vegetación, azotado por los vientos y con tan solo una villa fortificada carente de comodidades. No había ningún hombre en los alrededores, excepto los soldados que debían vigilarla, y ni siquiera se le permitía beber vino. No disponía de muebles o ropa elegante, y la comida quedaba reducida a lo más frugal: pan, queso y fruta. No podía recibir visitas a menos que su padre fuera consultado antes. Un hombre que quisiera verla tenía que dar primero su descripción de un modo lo más preciso posible, incluyendo cualquier tipo de marca en la piel. El motivo de estas descripciones no era solo impedir el acceso de cualquiera que fuera no solo políticamente peligroso, sino también evitar que pudiera visitarla un hombre que le resultara atractivo.