ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Le gustaba el romance. Le duraban poco los amores y...

Le gustaba el romance. Le duraban poco los amores y cambiaban frecuentemente, pero no los simultaneaba. Durante el tiempo que durase la relación, permanecía fiel. También adoraba divertirse. Por donde pasaba dejaba el recuerdo exquisito de su alegría y su vivo ingenio, algo que se manifestaba en su conversación. Dicen sus biógrafos que no era egoísta ni ambiciosa, y que si intrigó toda su vida fue, simplemente, en parte por diversión y en parte por devoción hacia los que amaba. Así lo afirma madame de Motteville cuando dice: “Yo la oí decir a ella misma que la ambición nunca le había tocado el corazón, sino que era el placer lo que había perseguido”. Es decir, Madame de Chevreuse fue una conspiradora vocacional.