Además de Agénor tuvo muchos otros amantes dispuestos a arruinarse por ella. Hubo un momento en el que tenía siete al mismo tiempo. Uno de los más conocidos fue el conde Edouard de Perregaux. Pero la salud de Marie, que padecía tuberculosis, comenzó a agravarse por entonces, y eso motiva que se desplace a Baden-Baden para beneficiarse de las aguas termales. Cuando regresa a París, él se había arruinado y no podía seguir manteniéndola.