Uno de los hombres que cayó bajo su hechizo fue Alejandro Dumas hijo. Se habían conocido dos años antes, aunque su relación comenzó cuando ambos volvieron a coincidir en 1844. El joven no tenía medios económicos para mantenerla, lo cual, por una vez, no supuso un obstáculo para que ella lo aceptara como amant de coeur. Pero Alejandro contemplaba desesperado cómo no había ninguna cosa que pudiera hacer para conseguir que no necesitara recurrir a otros hombres para su manutención, algo que le hizo distanciarse progresivamente. Cuando comenzó a alejarse, Marie le escribió una carta que decía: