El propio Nerón se expuso alguna vez, y Cómodo se hizo célebre matando animales en el anfiteatro. Este emperador, hombre muy hermoso según atestiguan todas las fuentes, se mostraba especialmente orgulloso de su físico, por lo que se complacía en erigir estatuas suyas en las que aparecía representado como Hércules. Se creía realmente hijo de Júpiter, una obsesión que le impulsaba a demostrar en la arena sus poderes enfrentándose a animales salvajes. En una ocasión venció a una pantera en combate singular, y era tanta su afición que se llegó a rumorear que en realidad no era hijo del intelectual Marco Aurelio, sino de un gladiador con el que su madre Faustina había tenido relación durante unas vacaciones en la costa. Jamás perdió un combate contra otros gladiadores, a pesar de que se afirma que libró más de 700. Aunque también se dice que tenía que haber algún truco, y que probablemente sus rivales eran drogados antes de entrar a la arena.