El relato recogido por Diodoro de Sicilia cuenta que nació en Ascalon, hija de la diosa Dereeto y de un bellísimo joven asirio. Abandonada por su madre, fue alimentada por palomas en el desierto, y estaba a punto de cumplir un año cuando un pastor llamado Simmas la encontró y la adoptó. Él fue quien le dio el nombre de Semíram.