Semíramis y lo que quedaba de su ejército cruzaron precipitadamente el Indo. Como Estabrobates había sido advertido por augures sobre la conveniencia de no cruzar el río, en lugar de perseguirla se firmó la paz y se procedió al intercambio de prisioneros. La reina regresaba a Asiria con tan solo un tercio de los hombres que la habían acompañado en la expedición.