El gigante lo miró con desprecio y dijo:
— ¡Quítate de mi vista, monigote, miserable criatura!
— ¿Ah, sí? —contestó el sastrecito, y, desabrochándose la chaqueta, le enseñó el cinturón—- ¡Aquí puedes leer qué clase de hombre soy!
— ¡Quítate de mi vista, monigote, miserable criatura!
— ¿Ah, sí? —contestó el sastrecito, y, desabrochándose la chaqueta, le enseñó el cinturón—- ¡Aquí puedes leer qué clase de hombre soy!