La habitación desordenada
Un domingo por la mañana, la mamá de Carlos fué a despertar a su hijo y subió las escaleras de la casa para entrar en su habitación. O lo intentó. Porque había tal desorden en él, que sólo pudo asomar la cabeza por la puerta. Carlos, que ya se había despertado, estaba sentado en medio todo ese desorden leyendo tranquilamente un libro.
Un domingo por la mañana, la mamá de Carlos fué a despertar a su hijo y subió las escaleras de la casa para entrar en su habitación. O lo intentó. Porque había tal desorden en él, que sólo pudo asomar la cabeza por la puerta. Carlos, que ya se había despertado, estaba sentado en medio todo ese desorden leyendo tranquilamente un libro.