-Es decepcionante -dijo el conejo-. Nadie pescará nada aquí esta noche, a menos que saquemos la Luna. Asustará a todos los peces del lago.
Todos se rascaron la cabeza y esperaron a que el conejo tuviera una buena idea. El siempre estaba lleno de buenas ideas.
- ¡Ya lo tengo! -dijo al fin-. Iré corriendo a casa de la tortuga de la ciénaga y pediré prestada una red. Una red fuerte y grande para pescar la Luna. Es de plata maciza, como sabéis. Esperadme. No hagáis nada hasta que vuelva.
Todos se rascaron la cabeza y esperaron a que el conejo tuviera una buena idea. El siempre estaba lleno de buenas ideas.
- ¡Ya lo tengo! -dijo al fin-. Iré corriendo a casa de la tortuga de la ciénaga y pediré prestada una red. Una red fuerte y grande para pescar la Luna. Es de plata maciza, como sabéis. Esperadme. No hagáis nada hasta que vuelva.