Y con un destello de su rabo blanco, el conejo se marchó.
Al menos, parecía que se había ido. Sólo la tortuga advirtió las puntas de dos orejas sobresaliendo por encima de un arbusto cercano.
-Plata maciza... -dijo con retintín-Imaginaos lo que puede valer.-dijo la tortuga.
Mientras tanto, el oso había ido a por su red.
- ¡Rápido! ¡Antes de que el conejo vuelva! Vamos a sacar la Luna y a repartírnosla entre nosotros.
Al menos, parecía que se había ido. Sólo la tortuga advirtió las puntas de dos orejas sobresaliendo por encima de un arbusto cercano.
-Plata maciza... -dijo con retintín-Imaginaos lo que puede valer.-dijo la tortuga.
Mientras tanto, el oso había ido a por su red.
- ¡Rápido! ¡Antes de que el conejo vuelva! Vamos a sacar la Luna y a repartírnosla entre nosotros.