Escupieron, resoplaron, chapotearon y aullaron. El conejo se reía tanto que salió rodando de detrás de los arbustos. Y la tortuga escondió su cabeza dentro de la concha para que nadie viera su risa burlona.
Cuando llegaron a la orilla, el oso, el zorro y el lobo seguían discutiendo y peleándose:
- ¡Tú me empujaste!
- ¡Tendrías que haberla soltado!
- ¿De quién fue la idea?
- ¡Se rne ha metido barro en las botas!
Cuando llegaron a la orilla, el oso, el zorro y el lobo seguían discutiendo y peleándose:
- ¡Tú me empujaste!
- ¡Tendrías que haberla soltado!
- ¿De quién fue la idea?
- ¡Se rne ha metido barro en las botas!