- ¿Qué te ocurre? -preguntó Palitroque, entrando en el dormitorio.
-He pescado un horrible resfriado -se lamentó-. Tráeme el pañuelo. Está colgado detrás de la puerta.
- ¿Esta cosa? Pensé que era una sábana -se burló Palitroque mientras descolgaba el enorme pañuelo.
-No seas descarado -le riñó la abuela- Hoy irás por mí al mercado. Estoy demasiado enferma. Mira, he escrito la lista de la compra.
-Dámela -dijo Palitroque orgullosísimo, mientras se ponía su sombrero (donde vivía Petronila, la araña mágica).
-He pescado un horrible resfriado -se lamentó-. Tráeme el pañuelo. Está colgado detrás de la puerta.
- ¿Esta cosa? Pensé que era una sábana -se burló Palitroque mientras descolgaba el enorme pañuelo.
-No seas descarado -le riñó la abuela- Hoy irás por mí al mercado. Estoy demasiado enferma. Mira, he escrito la lista de la compra.
-Dámela -dijo Palitroque orgullosísimo, mientras se ponía su sombrero (donde vivía Petronila, la araña mágica).