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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Eso sí que no ...

Eso sí que no
--pensó Alicia.
Y, después de esperar hasta que creyó oír al Conejo justo debajo de la ventana, abrió de repente la mano e hizo gesto de atrapar lo que estuviera a su alcance. No encontró nada, pero oyó un gritito entrecortado, algo que caía y un estrépito de cristales rotos, lo que le Este documento ha sido descargado de http://www. escolar. com hizo suponer que el Conejo se había caído sobre un invernadero o algo por el estilo.
Después se oyó una voz muy enfadada, que era la del Conejo:
-- ¡Pat! ¡Pat! ¿Dónde estás? ¿Dónde estás? Y otra voz, que Alicia no había oído hasta entonces:
-- ¡Aquí estoy, señor! ¡Cavando en busca de manzanas, con permiso del señor!
-- ¡Tenías que estar precisamente cavando en busca de manzanas!
--replicó el Conejo muy irritado
--. ¡Ven aquí inmediatamente! ¡Y ayúdame a salir de esto! Hubo más ruido de cristales rotos.
--Y ahora dime, Pat, ¿qué es eso que hay en la ventana?
--Seguro que es un brazo, señor
-- (y pronunciaba «brasso»).