—No puedo —respondí. También me puse el sombrero vaquero para sentarme a cenar. —Quítate el sombrero —dijo mi papá. Papá tiene una gran calva. La miré y pensé que no podía explicarse mi proceder, porque a él ya no puede crecerle el pelo. Después de cenar me fui a mi habitación, cerré la puerta con llave y me miré al espejo para ver si me había crecido el pelo. Pero no. "Si duermo con el sombrero puesto", pensé, "la cabeza me sudará toda la noche y mé crecerá el pelo". A la mañana siguiente lo primero que hice fue mirarme al espejo, y aún tenía las tres calvas.
José y Diana vinieron a casa. — ¿Estás listo para ir- a la fiesta? —Sí, vamos. "Pero no voy a divertirme", pensé.
— ¿Vas a llevar ese sombrero vaquero? —preguntó Diana.
- ¡Sí!
José y Diana vinieron a casa. — ¿Estás listo para ir- a la fiesta? —Sí, vamos. "Pero no voy a divertirme", pensé.
— ¿Vas a llevar ese sombrero vaquero? —preguntó Diana.
- ¡Sí!