Lily volvió un poco la cabeza y miró hacia la entrada de la cueva. Había un gran pájaro posado en la rama de un árbol. Era el pájaro charlatán, tenía el pico abierto, como si sonriera. No paraba de mascullar.
- ¡Ja, ja! ¡Qué divertido! ¡Ja, ja! ¡Qué divertido! ¡Ja, ja!
"Yo no le veo la gracia", pensó Lily.
-El canguro ha salido a buscar fruta para el desayuno -dijo el pájaro-. Me pidió que te cuidara. Pero esa astuta serpiente se coló cuando fui a consultar al buho blanco por esta indigestión tan terrible que tengo. Pero qué divertido, ¿eh? ¡Ja, ja, ja! ¡Qué divertido! ¡Ja, ja!
En ese preciso instante, la serpiente tembló y comenzó a desplegarse. Lily se puso nerviosísima al sentir que se deslizaba por sus piernas desnudas, pero no movió ni un músculo. Despacio, poco a poco, la serpiente bajó al suelo y salió arrastrándose por la entrada de la cueva.
- ¡Ja, ja! ¡Qué divertido! ¡Ja, ja! ¡Qué divertido! ¡Ja, ja!
"Yo no le veo la gracia", pensó Lily.
-El canguro ha salido a buscar fruta para el desayuno -dijo el pájaro-. Me pidió que te cuidara. Pero esa astuta serpiente se coló cuando fui a consultar al buho blanco por esta indigestión tan terrible que tengo. Pero qué divertido, ¿eh? ¡Ja, ja, ja! ¡Qué divertido! ¡Ja, ja!
En ese preciso instante, la serpiente tembló y comenzó a desplegarse. Lily se puso nerviosísima al sentir que se deslizaba por sus piernas desnudas, pero no movió ni un músculo. Despacio, poco a poco, la serpiente bajó al suelo y salió arrastrándose por la entrada de la cueva.