Fabula la familia Topo y el Lirón
Cuenta la historia, que una pequeña familia de Topos era vecina a un Lirón. El señor Lirón era un poco amargado, y un día un Topito fue a la casa del Lirón y le preguntó:
Fabula los Topos y el Lirón
- Buenas, señor, mi mamá se preguntaba si podría usted prestarnos un kilo de harina para preparar un pudin.
El señor Lirón, muy amargado y casi sin querer hacerlo, le dio el kilo de harina y le enfatizó mucho en que le debían un favor. Mas tarde, ese mismo día, regresó el topito a la casa se su vecino, pero está vez pidiendo medio kilo de azúcar. El Lirón, bastante indignado, con rabia y a propósito le entregó al topito medio kilo de sal sin decírselo.
Unas horas mas tarde, llegó toda la familia Topo a la casa del vecino. Cuando el señor Lirón abrió, vio a toda la familia con un enorme pudin diciendo:
- ¡FELIZ CUMPLEAÑOS SEÑOR LIRÓN!, le hemos traído este pudin para celebrar.
El señor Lirón estaba muy avergonzado por lo que había hecho, así que les dio las gracias, y aún sabiendo que estaba hecho con sal por su culpa, se lo comió sin decir una sola palabra.
Publicadas por Santiago Mendoza Ramirez Etiquetas: Animales, Fabulas cortas, Vida
Cuenta la historia, que una pequeña familia de Topos era vecina a un Lirón. El señor Lirón era un poco amargado, y un día un Topito fue a la casa del Lirón y le preguntó:
Fabula los Topos y el Lirón
- Buenas, señor, mi mamá se preguntaba si podría usted prestarnos un kilo de harina para preparar un pudin.
El señor Lirón, muy amargado y casi sin querer hacerlo, le dio el kilo de harina y le enfatizó mucho en que le debían un favor. Mas tarde, ese mismo día, regresó el topito a la casa se su vecino, pero está vez pidiendo medio kilo de azúcar. El Lirón, bastante indignado, con rabia y a propósito le entregó al topito medio kilo de sal sin decírselo.
Unas horas mas tarde, llegó toda la familia Topo a la casa del vecino. Cuando el señor Lirón abrió, vio a toda la familia con un enorme pudin diciendo:
- ¡FELIZ CUMPLEAÑOS SEÑOR LIRÓN!, le hemos traído este pudin para celebrar.
El señor Lirón estaba muy avergonzado por lo que había hecho, así que les dio las gracias, y aún sabiendo que estaba hecho con sal por su culpa, se lo comió sin decir una sola palabra.
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