La paloma y la hormiga
Un bonito día de primavera, cuando ya el sol iba cayendo en un caluroso atardecer, una blanca paloma se acercó a la fuente del río para beber de su cristalina y fresca agua. Necesitaba calmar la sed desúes de estar todo el día volando de acá para allá. Mientras bebía en la fuente, la paloma oyó unos lamentos.
Un bonito día de primavera, cuando ya el sol iba cayendo en un caluroso atardecer, una blanca paloma se acercó a la fuente del río para beber de su cristalina y fresca agua. Necesitaba calmar la sed desúes de estar todo el día volando de acá para allá. Mientras bebía en la fuente, la paloma oyó unos lamentos.