Socorro! -decía la débil voz-. Por favor, ayúdeme a salir o moriré.
La paloma miró por todaspartes, pero no vio a nadie.
- Rápido, señora paloma, o me ahogaré.
- ¡Estoy aquí, en el
agua!
- se oyó.
La paloma pudo ver entonces una pequeña hormiga metida en el
río.