Guardar un secreto
Sin embargo, a medida que pasaban los días, Tania ardía en deseos de contarle a alguien el secreto. Al fin pensó: “Iré a susurrarlo al pozo. Será como contárselo a alguien, pero seguirá siendo un secreto.”
Con que se encaminó al pozo y, asomándose por el borde, susurró en voz alta el secreto del príncipe.
— ¡Ahora me siento mucho mejor!
Al séptimo día regresó el príncipe.
— ¿Has guardado mi secreto, Tania?
—Sí, alteza.
El príncipe preguntó a Celia y a Dorotea:
— ¿Os ha revelado mi secreto?
Sin embargo, a medida que pasaban los días, Tania ardía en deseos de contarle a alguien el secreto. Al fin pensó: “Iré a susurrarlo al pozo. Será como contárselo a alguien, pero seguirá siendo un secreto.”
Con que se encaminó al pozo y, asomándose por el borde, susurró en voz alta el secreto del príncipe.
— ¡Ahora me siento mucho mejor!
Al séptimo día regresó el príncipe.
— ¿Has guardado mi secreto, Tania?
—Sí, alteza.
El príncipe preguntó a Celia y a Dorotea:
— ¿Os ha revelado mi secreto?