ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Y luego se volvía a ver qué gente había, y notaba que...
Y luego se volvía a ver qué gente había, y notaba que se reían a deshora, en ocasiones en que la risa no venía a cuento, y el hombre se encolerizaba y sufría. No podía soportarlo, y era un desgraciado. Y helo aquí: hoy reposa en su tumba.