A partir de aquel día el árbol no volvió a quejarse jamás. Ni una sola vez.
Ya en invierno, se presentó la vieja corneja y le dijo al matorral:
—Hace días que no oigo quejarse al árbol. Debe haberse hecho un propósito en la vida. ¿Cúal es?
—Eso pregúntaselo a él —contestó el matorral.
El arbol del matorral
Ya en invierno, se presentó la vieja corneja y le dijo al matorral:
—Hace días que no oigo quejarse al árbol. Debe haberse hecho un propósito en la vida. ¿Cúal es?
—Eso pregúntaselo a él —contestó el matorral.
El arbol del matorral