¡Entonces comprendió! ¡El monstruo era invisible! Podía verlos a ellos, pero nadie podía verlo a él. El monstruo murmuraba por lo bajo, hablando solo, pero no atacaba.
De vuelta a
casa, mientras merendaban, Simón dijo: Nunca lograrán cazarlo. - ¿
Cazar qué, cariño?
-El
canal.