Al fin sonaron las palabras que Minuto anhelaba escuchar… - ¡Sujeta tu gorro! -gritó el comandante—. ¡Vamos a aterrizar!
Unos segundos después el aparato empezó a dar saltos y se detuvo sobre el tejado de la caseta del jardín.
-No hay na-nada que hacer -farfulló Minuto- ¡Hemos mirado por to-todas partes!
Pero el comandante Sacoviento no se daba por vencido…
Unos segundos después el aparato empezó a dar saltos y se detuvo sobre el tejado de la caseta del jardín.
-No hay na-nada que hacer -farfulló Minuto- ¡Hemos mirado por to-todas partes!
Pero el comandante Sacoviento no se daba por vencido…