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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Los ojos de la india se abrieron y se fijaron en Inocencio...

Los ojos de la india se abrieron y se fijaron en Inocencio con gratitud

—Eres muy bueno, hermanito —suspiró—, ¡tú has sido el único hombre que, al pasar por el camino, se ha apiadado de la pobre Quitral y la ha recogido! ¡Por tu bondad, mereces ser feliz y tener riquezas que puedas repartir entre los necesitados! ¡Yo te las daré!