ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: - ¡Nunca podrá cruzar esa intrincada cumbre! – se dijeron...

- ¡Nunca podrá cruzar esa intrincada cumbre! – se dijeron las personas mayores -.

Además, el cansancio le hará soltar la flauta y nuestros hijos dejarán de seguirlo.

Mas he aquí que, apenas empezó el flautista a subir la falda de la montaña, las tierras se agrietaron y se abrió un ancho y maravilloso portalón. Pareció como si alguna potente y misteriosa mano hubiese excavado repentinamente una enorme gruta.