Se refería al Sol, que en aquel momento se ponía.
- ¡No me hará parpadear! Todavía aguanto firmes mis terrones.
Le servían de ojos dos pedazos triangulares de teja. La boca era un trozo de un rastrillo viejo; por eso tenía dientes.
- ¡No me hará parpadear! Todavía aguanto firmes mis terrones.
Le servían de ojos dos pedazos triangulares de teja. La boca era un trozo de un rastrillo viejo; por eso tenía dientes.