-Más vale que no sigas comiendo -dijo la señora.
Juanito guardó en el bolsillo el pedazo de arco iris. Ya no quedaba mucho.
Cerca del molino de viento donde vivía, su hermana Marita le salió al encuentro. Tropezó con una piedra, cayó al suelo y se hizo una herida en la pierna. La herida sangraba, y Marita, que sólo tenía cuatro años, empezó a llorar.
- ¡Mi pierna! ¡Me duele muchísimo! ¡Por favor, Juanito, ponme una venda, date prisa!
Juanito guardó en el bolsillo el pedazo de arco iris. Ya no quedaba mucho.
Cerca del molino de viento donde vivía, su hermana Marita le salió al encuentro. Tropezó con una piedra, cayó al suelo y se hizo una herida en la pierna. La herida sangraba, y Marita, que sólo tenía cuatro años, empezó a llorar.
- ¡Mi pierna! ¡Me duele muchísimo! ¡Por favor, Juanito, ponme una venda, date prisa!