Levantó el hacha para empezar el trabajo. Tras el primer golpe, sintió que alguien le tocaba el hombro. Se volvió y vio al ogro más horrible que podáis imaginaros. Tenía un ojo rojo en el centro de la frente. La nariz era de
color morado, llena de bultos y retorcida como las raíces de un
árbol.