¿Tienes un negocio?

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Soy… soy… ¡un ogro dorado! —Así es, hijo mío. Eres...

Soy… soy… ¡un ogro dorado! —Así es, hijo mío. Eres un ogro dorado, porque te has comportado con valentía y no has matado al monstruo llevado por el odio, sino en defensa propia. Fíjate, Grogro, el desierto se está transformando en un hermoso y exuberante vergel.