¿Tienes un negocio?

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: – ¡Papá, papá! – exclamó la princesita, que se acercaba...

– ¡Papá, papá! – exclamó la princesita, que se acercaba corriendo a besar a su padre.

– ¡No, hijita! ¡No te acuerdes a mí!

Pero ya era tarde…

En el mismo momento en que le dio un beso la niña se convirtió en una estatua de oro purísimo.

De rodillas en su suelo de oro y llorando a lágrima viva, el rey, tremendamente arrepentido, llamó al mago.

Éste vio que el rey había aprendido la lección y le quitó el desgraciado don.

El rey Midas cambió completamente su manera de ser; repartió sus riquezas con la gente y así, siendo generoso, conoció la verdadera felicidad