¿tienes una peluquería?

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: El tigre aceptó....

El tigre aceptó.

“Me los comeré a los dos más tarde”, pensó mientras el campesino le ataba fuertemente al árbol. Y la boca se le hacía agua sólo con imaginar el sabor del gran búfalo, del hombrecito moreno y de aquella cosa nueva que se llamaba in-te-li-gencia.