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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: El campesino obedeció. Puso la bajo los bigotes del...

El campesino obedeció. Puso la bajo los bigotes del tigre y empezaron a arder. Le acercó el fuego a las orejas, al lomo, a la cola, y por donde rozaba le dejaba la piel chamuscada.

- ¡Me quema, me quema! -aullaba el tigre.