Muy preocupado al ver que florecilla no se reanimaba, pensó ¿qué podría hacer? En eso, el payasito Elarhú, recordó como hacía reir a las personas que asistían al circo y le ofreció a Florecilla todo un espectáculo. Florecilla Silvestre (como la bautizó Elarhú) pore ese gesto que tuvo el payasito le obsequió una linda sonrisa y una mirada muy tierna.