
- ¡Qué piel, qué cola, qué colorido y qué preciosos ojos azules!…
Los otros gatos gruñeron. -Mira, están celosos -dijo el anciano mientras anudaba una cinta roja alrededor del cuello de Gobolino.
Los otros gatos gruñeron. -Mira, están celosos -dijo el anciano mientras anudaba una cinta roja alrededor del cuello de Gobolino.