Al amanecer la tormenta continuaba. Pero entonces Gobolino escuchó un sonido nuevo. Era la voz de la bruja marina que entonaba esta canción:
Por fin el Mary Cruz al fondo se hundirá, de su tripulación nadie se salvará, pues ningún marinero de cuantos lleva dentro sabría deshacer mi viejo encantamiento.
Por fin el Mary Cruz al fondo se hundirá, de su tripulación nadie se salvará, pues ningún marinero de cuantos lleva dentro sabría deshacer mi viejo encantamiento.