- ¡Basta, por favor! ¡Quiero parar! ¡Por favor! ¡Por favor!…
Pero nadie le hizo caso.
Por fin, la bruja y su escoba se lanzaron sobre el Monte Huracán. Allí vivía una hechicera vieja y horrible que aceptó hacerse cargo de Salima para enseñarle a ser una gata embrujada.
Pero nadie le hizo caso.
Por fin, la bruja y su escoba se lanzaron sobre el Monte Huracán. Allí vivía una hechicera vieja y horrible que aceptó hacerse cargo de Salima para enseñarle a ser una gata embrujada.