Al oír esto, Gobolino se acordó de lo solo que se había sentido al perderse. Se acercó a la ventana y dijo:
-Puedes entrar a calentarte un rato.
El duende saltó por la ventana y dejó sus huellas sucias en el suelo de la cocina.
- ¿Cómo estás? ¿Y tu familia? -preguntó, tirándole de la cola.
-Mi madre se ha ido con mi ama, la
bruja -respondió Gobolino-, y mi hermanita Salima está con una hechicera en el Monte Huracán. No sé cómo están.
-Puedes entrar a calentarte un rato.
El duende saltó por la ventana y dejó sus huellas sucias en el suelo de la cocina.
- ¿Cómo estás? ¿Y tu familia? -preguntó, tirándole de la cola.
-Mi madre se ha ido con mi ama, la
bruja -respondió Gobolino-, y mi hermanita Salima está con una hechicera en el Monte Huracán. No sé cómo están.