Lo agarró por la cola y lo arrojó en el caldero. Gobolino se hundía y volvía a sacar la cabeza una y otra vez jadeando… y toda la magia que tenía al nacer se disolvió en el caldo de la bruja.
-Salta detrás de mí, hermanito -le dijo Salima montando en una escoba.
Con muchísimo esfuerzo Gobolino logró escapar del caldero y trepó a la escoba, que inmediatamente se remontó por los aires, más arriba que la Montaña del Huracán.
-Salta detrás de mí, hermanito -le dijo Salima montando en una escoba.
Con muchísimo esfuerzo Gobolino logró escapar del caldero y trepó a la escoba, que inmediatamente se remontó por los aires, más arriba que la Montaña del Huracán.