Federico miró por la ventana, y vio tres zorros grandes y salvajes.
¡Ahora estaban todos en terribles problemas!
Abajo, conejos, conejas y conejitos lloraban y temblaban, cerraron las ventanas v echaron cerrojos a las puertas.
Luego todos bajaron al sótano, que era el lugar más seguro.
Y con tanto alboroto, nadie se acordó de Federico.
¡Ahora estaban todos en terribles problemas!
Abajo, conejos, conejas y conejitos lloraban y temblaban, cerraron las ventanas v echaron cerrojos a las puertas.
Luego todos bajaron al sótano, que era el lugar más seguro.
Y con tanto alboroto, nadie se acordó de Federico.