— ¿Vas a dejarla con él? ¡Debes de estar loca! ¿Cómo se te ha podido ocurrir semejante cosa? ¡Si está chiflado! ¿Qué sabrá él de cuidar a una niña? Vive solo en las montañas con sus dos cabras y apenas ve nunca a nadie ni habla con nadie. Las pocas veces que baja al pueblo siempre lleva un grueso bastón para asustar a la gente. ¡Si ni siquiera acude a la iglesia!