Aunque el viejo le intimidaba, estaba resuelta a dejar a Heidi con él.
—Espero que cuides bien de ella —dijo—. Y si tú no puedes hacerlo, tendrás que buscar a alguien que lo haga.
Tío Anselmo estaba furioso.
— ¡Márchate! ¡Fuera de aquí!
No soporto a las personas como tú.
No quiero volver a verte más por aquí.
—Espero que cuides bien de ella —dijo—. Y si tú no puedes hacerlo, tendrás que buscar a alguien que lo haga.
Tío Anselmo estaba furioso.
— ¡Márchate! ¡Fuera de aquí!
No soporto a las personas como tú.
No quiero volver a verte más por aquí.