Luego se acercó a todas las ventanas y miró por ellas. Las mujeres gritaban, los niños lloraban y los hombres huían. En palacio, la princesa Sabra rezaba. El dragón avanzaba husmeando entre las casas; su estómago vacío hacía un ruido que parecía que tronaba.
— ¡Tiene hambre! —gritaba la gente aterrorizada—. ¡Busca comida!
— ¡Tiene hambre! —gritaba la gente aterrorizada—. ¡Busca comida!